viernes, 17 de septiembre de 2010

¿PROTEGER LA PERSONALIDAD?

Debería darse una constante inmersión de la mente y el corazón dentro del Mar de la Divinidad, así como una constante vigilancia atenta de que no se RECONOZCA, DEFIENDA ni PROTEJA más a la personalidad —ya sea en pensamiento o en sentimiento. Una vez que ustedes logren este sentimiento interno, recibirán una mayor paz; y, así, sin necesidad de lucha, esa personalidad se disolverá rápidamente, y el Dios que ha esperado por siglos comenzará a fluir con una acción constante a través de la forma carnal liberada.
.Mientras se dé en ustedes aquello que les hace enojarse por un comentario u observación disgustada de otro, sepan que la personalidad continúa siendo en ustedes una entidad que desea justificación. Cuando el iniciado en Luxor era sometido a cualquier tipo de humillación (tal como ser abofeteado sin necesidad, así como cuando Jesús pasó por la prueba del escarnio de la corona de espinas), se hacía para pulsar las profundidades de la conciencia interna y ver si todavía se encontraba orgullo en la personalidad que requiriera desagravio y justificación de la entidad individual. No es una actividad negativa la que permite injusticia o tonta sumisión al vicio humano, ni ello significa que ustedes deberían precipitarse a zambullirse en las aguas de abyecta esclavitud bajo la personalidad de otros. De hecho, ustedes se endurecen frente a las personalidades de aquellos que los rodean, lo cual da indicios de que el mundo interno de ustedes no tiene fugas de energía, sin importar lo que los otros hagan o traten de hacer. Pero aunque traten, la fidelidad de ustedes al Hombre Interior debería ser tal, que nunca puedan apartarlos de su causa o interferir con su Evolución Cósmica.
Hay un poderoso caudal de enseñanza en lo anterior, lo cual ustedes que son sabios harían bien en estudiar profundamente. Les puedo decir que no hay Oportunidad en el mundo externo por la cual valga la pena irritarse, y que no hay deber alguno en EL ser externo LO SUFICIENTEMENTE IMPORTANTE como para desviarlos, ni siquiera por un momento, de servir a Dios.
Tomado del Libro “Luz desde Luxor” del Amado Maestro Ascendido Serapis Bey.

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